Beauty is in the eye of the beholder
Claramente hay cosas que hacen que el mundo aun sea vivible, con algunos de mis dolores de cabeza he compartido la opinión de la belleza que se encuentra en insignificancias, a lo más escena de la bolsa volando filmada por varios minutos en American Beauty.
Hace un par de días recorría la city en una entumida micro cuando el chofer se detiene ante un kiosco a comprar cigarros, la gran mayoría de los seres humanos se hubiera emputecido (incluido yo en otro estado de ánimo), pero lo pintoresco de la escena, lo tercermundista de parar caradura en la calle a comprar, lo encontré genial, son esas cosas las que hacen creer por un momento que la gran ciudad en constante crecimiento se puede transformar en un barrio amigable, son esas las cosas que le dan escala humana a la vida de big city que se cree vivimos aquí.
Me puse a pensar en la cantidad de momentos banales que se transforman en las felices manchas de pintura de la “ciudad gris” tan estereotipada, puteada, fotografiada, criminalizada, y noticiada. La poesía está intrínseca en la ciudad, la belleza está en los ojos del observador, hay que afinar la vista para encontrarla, sigo buscándole y buscándole el agrado a un viaje en micro, a una caminata solitaria, a la lluvia a través de la luz, y muchos etc. A veces resulta... y se agradece.
1 Comments:
Si qeres habrar de ti, ACTUALIZA TU BLOG amiguito, chaito. MALDITO REGETONERO.
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